La candidata del Partido de los
Trabajadores le ganó el pulso electoral a los mercados.
Dilma Rousseff gana la segunda
vuelta en una de las elecciones presidenciales más reñidas en la historia de
ese país.
Así celebró en su cuenta de
Twitter donde se lee, 'Brasil decidió, Dilma cuatro años más"
La presidenta brasileña, Dilma
Rousseff, reelegida para un segundo mandato, le ganó el pulso electoral a los
mercados, que primero apostaron en la ecologista Marina Silva y luego en el
socialdemócrata Aécio Neves, y perdieron las dos veces.
Pese al estancamiento que sufre
la economía brasileña, Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), fue
reelegida en unos reñidos comicios con un 51,58 % de los votos, frente al 48,42
% que obtuvo Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con
el 99,34 % del censo escrutado y sin posibilidad ya de victoria.
Durante su campaña, Rousseff
defendió el papel de "regulador" y "bombero" de la
actividad económica asumido durante su gestión por el Estado, que subsidia
tanto a los más pobres como a las industrias en problemas, como la
automovilística o la construcción, mediante rebajas tributarias o créditos
públicos.
Neves, por el contrario,
propuso reducir el papel del Estado y darle mayores libertades al sector
privado para que actúe como motor de la economía, lo cual le valió el apoyo de
los agentes de los mercados financieros, opuestos al
"intervencionismo" que pregona Rousseff.
Según el sector privado, el
modelo propuesto por Neves sería la única alternativa para que Brasil regrese a
la senda del crecimiento económico, que durante la gestión de Rousseff se
mantuvo, pero a un ritmo muy débil y al borde de la recesión.
En 2011, el primer año de
Rousseff en el poder, el crecimiento fue del 2,7 %, bajó al 1 % en 2012 y
recuperó algo de terreno en 2013, cuando llegó al 2,3 %.
Según datos oficiales, en el
segundo trimestre de este año, la economía se contrajo un 0,6 %, con lo que
acumuló dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo y entró en lo que
los expertos califican de "recesión técnica".
Sin embargo, el Gobierno
apuesta a una recuperación en el tramo final de este año, que según sus
cálculos cerrará con una expansión del 0,9 %, que para los expertos del mercado
será de sólo el 0,27 %.
Durante la campaña para la
primera vuelta electoral del pasado 5 de octubre, los sectores económicos se
inclinaron por la ecologista Marina Silva, candidata del Partido Socialista
Brasileño (PSB), que ofrecía una política económica aún más liberal que el
líder socialdemócrata.
Silva llegó a ser considerada
en los sondeos como favorita para ganar las elecciones, pero en la primera
vuelta se impuso Rousseff con un 41,5 % y Neves se quedó con el segundo lugar,
con un 33,5 %.
Tras el fracaso de la
ecologista, que en la primer vuelta quedó en tercer lugar con un 21 %, los
mercados financieros se inclinaron por Neves, quien además recibió un explícito
apoyo de Marina Silva, que se plegó a su campaña.
Las primeras encuestas
divulgadas después de la primera vuelta mostraron a Neves como favorito para ganar
las elecciones, lo cual generó un fuerte entusiasmo en la Bolsa de Sao Paulo,
considerada un termómetro del ánimo de los inversores privados.
Mientras Neves lideró los
sondeos, la bolsa paulista alcanzó otra vez ganancias históricas, pero el
mercado comenzó a retroceder con fuerza esta semana, cuando diversas encuestas
comenzaron a apuntar a Rousseff como favorita.
Durante la semana previa a las
elecciones, y aunque el viernes subió un 2,42 %, el índice Ibovespa, principal
indicador del parqué paulista, acumuló una caída del 6,78 %.
La misma volatilidad se observó
en el mercado cambiario, que osciló durante los últimos meses al ritmo de las
encuestas y cerró este viernes con el dólar cotizado a 2,468 reales, lo que
para la moneda brasileña supuso una depreciación del 1,35 % en la semana.
Concluido este turbulento
electoral y tras la reelección de Dilma Rousseff para un nuevo mandato de
cuatro años, la duda en el mercado financiero es cómo reaccionarán los
inversores en la Bolsa de Sao Paulo.
También a partir de ahora los
inversores estarán pendientes del cambio que habrá en el Ministerio de
Hacienda, cuyo titular, Guido Mantega, centro de las críticas de los agentes
financieros, ya ha anunciado que dejará el cargo en el segundo mandato de Rousseff.
Aunque la presidenta no ha dado
pistas, la prensa local conjetura que su sucesor puede ser Aloizio Mercadante,
un hombre de la mayor confianza de Rousseff, figura importante del PT y actual
ministro de la Presidencia.
Sin embargo, también se baraja
a otros candidatos de perfil más técnico, como el actual presidente del Banco
Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), Luciano Coutinho, o el
exviceministro de Hacienda Nelson Barbosa.
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