Hoy
se celebra el centésimo décimo cuarto aniversario del Escudo Nacional,
establecido por el Congreso de 1900.
Vamos a caminar un poco por la historia de este símbolo patrio.
El
escudo es un óvalo dentro en el cual hay uno de los paisajes más
extraordinarios de la tierra de ecuatoriana. Un cielo azul muestra al gigante
andino Chimborazo; de su blanca nieva cae un río cuyas aguas se ensanchan de
una manera que se desborda en los valles generosamente vegetados.
En
él navega, un buque a vapor que tiene por mástil un caduceo, símbolo de la
navegación y el comercio.
El
escudo del Ecuador reposa sobre haces consulares, insignia de dignidad
republicana. Lo rodean, adornándolo, banderas nacionales, ramas de laurel y
palma y lo corona un cóndor con las alas desplegadas.
El
sol, al trazar el Ecuador terrestre, da nombre al país; fue desde tiempos
remotos adorado como divinidad benéfica y es el más alto símbolo del pueblo
ecuatoriano.
Los
signos del zodíaco son los de los meses en que se consumó la gesta libertaria,
cuyo punto culminante fue la Batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1822.
Los
símbolos patrios, personifican el fervor nacionalista y el
orgullo de los ecuatorianos por su historia, rica en hechos gloriosos en los que nuestras
Fuerzas Armadas lucharon con estoicismo desde el 10 de agosto de 1809 hasta el
glorioso triunfo militar del Alto Cenepa de 1995, para dejarnos como herencia,
la libertad de la patria.
La
historia cívica de nuestro país señala el 31 de octubre de todos los años como
el Día del Escudo Nacional, que junto a la Bandera y al Himno marcan la
personificación de la Patria, en 1900 el Congreso estableció el Escudo de Armas
y la Bandera como los símbolos físicos de la Patria.
El
Escudo Nacional, hasta contar con una composición definitiva y ser
oficializado, fue objeto de muchos cambios en el devenir histórico del Ecuador.
Las transformaciones del símbolo patrio se registran desde 1820, al proclamarse
la independencia de Guayaquil, el 9 de octubre de ese año. Posteriormente
ocurren cambios entre 1821 y 1830, en 1843; El Escudo de Armas Nacional se lo
hizo según las orientaciones de la convención reunida en Cuenca, establecida
luego del triunfo del 6 de marzo de 1845. Se determina la última estructura y
su consiguiente oficialización en 1900, en el gobierno del general Eloy Alfaro.
Cuando
se proclamó la Independencia de Guayaquil, el 9 de octubre de 1820, se adoptó
como escudo del movimiento emancipador el que está formado por una estrella de
cinco puntas sobre fondo azul, inscrita en un óvalo encerrada y rodeada de dos
ramas de laurel entrelazadas por una cinta roja que posteriormente se le añadió
la leyenda: “Por Guayaquil Independiente”.
Este
fue, más bien, el escudo de la Provincia Libre de Guayaquil y no del Ecuador
propiamente dicho.
En
la Gran Colombia el Ecuador adoptó el Escudo Gran colombiano, creado el 6 de
octubre de 1821. Este Escudo comprendía: un conjunto de haces consulares en
posición vertical en el centro, con dos cuernos de la abundancia.
En la etapa republicana el Ecuador ha tenido
cuatro Escudos.
Al
ocurrir la disolución de la Gran Colombia y proclamarse la soberanía e
independencia de Ecuador, la primera Asamblea Constituyente reunida en Riobamba
el 27 de septiembre de 1830 acordó lo siguiente: (Artículo 1) Se usará en
adelante el de las armas de Colombia – se refería al escudo – en campo azul
celeste, con el agregado de un sol en la línea equinoccial sobre las fases, y
un lema que diga “El Ecuador en Colombia”.
Este
escudo fue inspirado en el adoptado por el Congreso Gran Colombiano, reunido en
Cúcuta, que fue confirmado por decreto – Ley de 6 de octubre de 1821. Con este
escudo se perpetuó el ideal Gran Colombiano del Libertador Simón Bolívar, como
un símbolo y exaltación de la grandeza espiritual del hombre de más altas
virtudes democráticas que ha tenido el Continente americano.
La
Convención Constitucional de 1843 decretó un nuevo Escudo de Armas que fue el
primero que se ajustó a reglas de heráldica.
El
escudo era rectangular en la parte superior y elíptico en la parte inferior su
campo se dividía interiormente en tres cuarteles: en el superior se colocará
sobre fondo azul el sol, y una sección del zodíaco; el cuartel central se
dividirá en dos: en el de la derecha sobre fondo de oro se colocará un libro
abierto en forma de tablas, en cuyos dos planos se inscribirán los números
I-II- III- IV que representan los primeros artículos la Constitución, a la
izquierda en fondo verde un caballo; en el cuartel Inferior que se subdividirá
en dos, se colocará en fondo azul un río en cuyas aguas se representará un
barco, y en el de la izquierda en fondo plata se colocará un volcán. En la
parte superior del escudo descansará el cóndor con sus alas abiertas; hacia los
lados se pondrán un par de banderas tricolor.
Este
Escudo duró oficialmente hasta que fue reemplazado por el Escudo de la
Revolución Marcista.
El
6 de noviembre de 1845 la Convención Constitucional de Cuenca decretó un nuevo
escudo de armas, basado en el diseño presentado el 30 de octubre por el Dr.
Pablo Merino, presidente de la Convención. También se decretó una nueva bandera
nacional, basada en los colores de la bandera del 9 de octubre de 1820, pero
arreglados en tres franjas verticales, blanco, celeste y blanco, llevando siete
estrellas, una por cada provincia.
El
Congreso Nacional del 5 de Diciembre de 1900 en registro oficial Nº 1272
transcribe la disposición de la Convención Nacional de 1845, con solo la
diferencia, de que en lugar de las banderas azul y blanco se ponga la bandera
tricolor: amarillo, azul y rojo.
Cuando
se distribuyó para conocimiento público el escudo adoptado por la convención de
1845, que es el mismo de 1900 y el que tenemos actualmente, salvo por las
banderas nacionales que lo adornan, el diseño fue acompañado por una carta del
Secretario General del Gobierno Provisorio, general José María Urbina.
Veamos
el texto tal cual fue escrito, con las características gramaticales de la
época:
“Grato
y satisfactorio me es acompañar á V.S. (vuestra señoría) en copia auténtica, el
decreto espedido por el Congreso General, designando el escudo de armas y el
pabellón de la República. El patriotismo que animarán á US. (usted) á la
provincia de su mando, será el mejor estímulo para que aquel sea acogido con
júbilo y entusiasmo, y se publique inmediatamente con la solemnidad debida;
pues las augustas insignias á que se refiere, y que simbolizan la nacionalidad,
independencia y glorias del Ecuador, al paso que presentarán á este, noble y
soberano ante las naciones vecinas, inspirarán también sentimientos de civismo
y de lealtad en los ecuatorianos, para servir con ardor á su patria y conservar
sin mancilla el pabellón y escudo que van á distinguirla en adelante”.
Así
nació este símbolo patrio, el que sin duda debemos conmemorar este 31 de
Octubre, olvidándonos un poco de fiestas anglosajonas y viviendo el patriotismo
que necesita Ecuador. Fuente: Ministerio de Defensa Nacional.
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