Rememoramos que el 28 de enero,
hace 103 años se dio el cruel asesinato del admirado revolucionario manabita y
expresidente de la República, general Eloy Alfaro Delgado.
Junto al Viejo Luchador
murieron su hermano Medardo y su sobrino Flavio Alfaro; el periodista Luciano
Coral, y Manuel Serrano y Ulpiano Páez, militares de gran valía.
Fue el domingo 28 de enero de
1912 cuando una turba enloquecida y sedienta de sangre asaltó el panóptico,
asesinó con saña a los personajes y vejó, mutiló y arrastró sus cadáveres para
finalmente prenderles fuego en el Ejido, en Quito.
En la consumación de este
crimen, que avergüenza las páginas de la historia, jugaron papel determinante
la ambición y deslealtad de varios jefes liberales a quienes no les importó la
unidad del partido ni los preceptos transformadores del aguerrido
montecristense.
“La posteridad comenzó para
Alfaro desde el día de la hoguera en el Ejido de Quito, sin pensar que en esos
momentos se le preparaba la más grande apoteosis que tuvo un caudillo
ecuatoriano”, apuntó el escritor ecuatoriano Ángel T. Barrera en la obra que se
titula Alfaro, el Garibaldi americano.
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