En un espacio para el encuentro
de amigos y la plática analítica fue donde se presentó la obra denominada
‘Sarayaku, la derrota del Jabalí’, de Fernando Villavicencio.
Para algunos de los asistentes,
fue extraño que el libro escrito en el exilio y la clandestinidad, se haga
conocer en un sitio alejado de Guayaquil, frente a un marco reducido de
personas y pocos medios de comunicación. Dijeron que la idea era evitar algunos
riesgos.
En el lugar coincidieron Martha
Roldós, Aracely Moreno, Francisco Huerta, Carlos Vera, Henry Cucalón, Jorge
Escala, Alonso López, Enrique Herrería, Santiago Roldós, entre otros amigos del
autor.
Se reunieron en la sala de
lectura y museo del club ‘La Garza Roja’, ubicado a cinco kilómetros del cantón
Nobol, junto al río Daule. La obra
expresa un agradecimiento al pueblo Sarayaku por la acogida brindada. Se
refiere también al gobierno Tayjasaruta, a los
guerreros Wio y a varias familias oriundas de la zona, a los cuales
Villavicencio no se cansa de agradecer.
“Fernando es un tipo incómodo
para el Gobierno”, decía Martha Roldós al referirse al autor de la obra. Pero
fue Francisco Huerta Montalvo quien se encargó de desmenuzar gran parte del
contenido del libro.
Se refirió, por ejemplo, a un
diálogo entre Villavicencio y el expresidente de la Conaie, Marlon Santi. “Este
le dice que en el Ecuador no gozamos de un estado de derecho, el Ecuador se ha
convertido en un estado donde se gobierna por imposición a través de una
política que no respeta los Derechos Humanos y no garantiza la democracia”,
sostuvo.
Entre los capítulos leídos por
Huerta también se hizo referencia a una conversación del autor con la
exrelatora de Derechos Humanos Catalina Botero, respecto de la restricción de
las libertades y garantías en el Ecuador.
“¿Quién se va atrever a
formular una denuncia de corrupción cuando el funcionario aludido puede lograr
que el periodista denunciante termine en la cárcel”, señaló Huerta al
reflexionar sobre las expresiones de la colombiana.
Tras la exaltación, Verónica
Sarauz, esposa de Villavicencio, agradeció a los asistentes y los conminó a
comprar el libro porque es el sustento de vida de su familia.
“Este libro recrea todo el
abuso que hemos venido sufriendo por parte del Estado. El 30-S fue un pretexto que utilizó el
Gobierno de Rafael Correa para callar a mi esposo, por lo que él ha venido
investigando, hace mucho tiempo, sobre los contratos que firmó con empresas de
otros países”, dijo.
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