jueves, 12 de marzo de 2015

EL NEGOCIO INVISIBLE DE LA SALUD

El informe El negocio invisible de la salud, publicado por Pablo Iturralde, del Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES), pone el dedo en la llaga sobre los grandes beneficios que supuestamente han obtenido los oligopolios de la salud en el Ecuador, durante la denominada "Revolución ciudadana".

Este es un informe sobre la concentración de capital en el sector salud y cómo los recursos estatales han servido para engordar esos capitales y favorecer el control económico del sector por parte de pocos actores. Hay grandes beneficiarios entre las cadenas de farmacias, el comercio al por mayor de productos farmacéuticos, en la industria farmacéutica, en las clínicas y hospitales y otros servicios similares, en la medicina prepagada y seguros de salud y en el comercio al por mayor de instrumentos y materiales médicos quirúrgicos.

“Nuestra intención es analizar al sector salud como un eje de acumulación del patrón de reproducción de capital ecuatoriano”, dicen los editores. Efectivamente, la rama de actividad vinculada a la salud presentó altas tasas de crecimiento en el periodo de Rafael Correa, pues entre el 2006 y el 2011 su participación en el PIB creció un promedio de 4,8% por año, un 100% más que en el quinquenio anterior.

La investigación demuestra que en el sector salud, con datos cortados al 2013, se desenvuelve en mercados fuertemente controlados por pocas empresas privadas. Solo en la rama del comercio al por mayor de medicinas, es decir los que venden medicamentos e insumos a las farmacias y hospitales, 86 empresas tuvieron ingresos de USD 2438 millones en el 2013.

Difare, Leterago, Ecuafarmacias, Ecuaquímica y Farmaenlace, obtuvieron ingresos por USD 1109 millones, cifra cercana al 50% del total del mercado, destacándose Difare que generó USD 396 millones en ese año.

Pero de todas estas, solo cinco: Difare, Leterago, Ecuafarmacias, Ecuaquímica y Farmaenlace, obtuvieron ingresos por USD 1109 millones, cifra cercana al 50% del total del mercado, destacándose Difare que generó USD 396 millones en ese año. La empresa pública, Enfarma, creada precisamente para regular los precios representó apenas el 0,04% del mercado de ese año. Las siete empresas más grandes (a las anteriormente nombradas se suman Bayer y Roche) tenían, para el 2012, el 41% de participación en el mercado, mientras que en el 2006 representaban 32,8% del mercado. Todo el sector incrementó sus ingresos de manera significativa: entre el 2006 y el 2011, Difare multiplicó sus ingresos en 15 veces, con ventas que pasaron de USD 22,6 millones a USD 328 millones en ese año. Ecuafarmacias multiplicó sus ingresos en 18 veces en el mismo periodo pues pasó de USD 9,8 millones a USD 175 millones en el 2011. Leterago multiplicó sus ingresos en 79 veces. Pero la carga tributaria cayó dramáticamente en estos ejemplos.

El sector de la industria farmacéutica, está monopolizado por dos empresas, Quifatex y Novartis Ecuador, las cuales concentraron progresivamente gran parte de la actividad industrial. En el 2012 las dos empresas acapararon el 33,6% de los activos, el 47% de las ventas y el 22,7% de las utilidades. Entre el 2006 y el 2012 Quifatex multiplicó diez veces sus ingresos: sus ventas se elevaron de USD 30,3 millones a USD 310 millones. Novartis multiplicó sus ingresos en 76 veces, pues sus ventas pasaron de USD 960 000 a USD 69, 9 millones.


En esta actividad, dice el informe, la acumulación fue cada vez más acaparadora. Mientras que en la medicina prepagada hubo una tendencia a la desconcentración de los activos e ingresos, pero a la par mostró una concentración en las utilidades netas. Dos empresas, Salud S.A. y Ecuasanitas acapararon el 39,8% de los activos operacionales y nada menos que el 96,1% de las utilidades.

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