Entre 550.000 y 1,4 millones de
personas en África Occidental podrían verse contagiadas por el virus del ébola
para enero de 2015, según un informe publicado este martes por los Centros para
el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU.
La estimación más amplia, de
1,4 millones, asume que el número de casos oficialmente citado hasta ahora,
5.864 según el recuento que mantiene la Organización Mundial de la Salud (OMS),
está significativamente por debajo, y que es probable que haya hasta 2,5 veces
más de casos, o cerca de 20.000.
Los CDC han subrayado que las
proyecciones, en base a un modelo epidemiológico que tiene en cuenta cuántas
personas puede infectar eventualmente cada paciente de ébola así como otros
factores, se basa en datos disponibles en agosto.
Por tanto, no tiene en cuenta
el reciente anuncio del Gobierno estadounidense de enviar 3.000 soldados a la
región afectada por el ébola para combatirlo.
"Acciones amplias e
inmediatas, como las que ya han empezado, pueden llevar la epidemia de su punto
álgido al inicio de un rápido declive en casos", han precisado los CDC en
un comunicado.
Las peores previsiones de las
autoridades estadounidenses son mucho más pesimistas que las que esta misma
mañana daba a conocer la propia OMS, que alertaba de que se podrían superar los
20.000 nuevos diagnósticos en cuestión de cinco a seis semanas si no se
refuerzan de forma inmediata las medidas para controlar la epidemia. Liberia,
Sierra Leona y Guinea Conakry son, por orden de gravedad, los países donde el
virus del ébola circula de forma intensa.
De acuerdo a las proyecciones
de los expertos de la OMS en colaboración con el Imperial College londinense,
incluidas en un artículo que aparece hoy en la revista The New England Journal
of Medicine, casi la mitad de casos estarán en Liberia, 5.700 en Guinea y 5.000
en Sierra Leona, si la situación actual se mantiene.
La profesora de estadística
epidemiológica del Imperial College London y coautora del artículo, Christl
Donnelly, ha indicado que esas estimaciones se consiguieron a través de dos
metodologías diferentes y coinciden con las que han avanzado otros organizaciones
médicas. La diferencia, sin embargo, está en que hasta hace pocas semanas se
creía que los 20.000 casos se alcanzarían en cualquier caso entre febrero y
marzo del próximo año y no en poco más de un mes a partir de ahora.
Los datos más recientes aportados
por la OMS indican que los casos rozan los 5.800, con 2.800 fallecidos entre
ellos.
Los científicos han tomado en
cuenta para su proyección que hace una semana, el número de personas infectadas
se había duplicado en Guinea en tan sólo 15,7 días, en 23,6 días en Liberia y
en 30,2 días en Sierra Leona. El estudio destaca que las dimensiones de
desastre que ha tomado la epidemia del ébola no se deben a ningún cambio en sus
características clínicas, en la gravedad de la infección o en su modo de transmisión,
que son similares a los de brotes pasados.
Asimismo, y al cumplirse seis
meses desde la primera notificación a la OMS de un caso de ébola (el primer
paciente enfermó en diciembre, pero en su momento no fue identificado como
ébola), los expertos advierten de que el virus puede convertirse en endémico
para la población de África Occidental, provocando en los próximos años brotes
esporádicos de esta enfermedad.
Los motivos de su veloz
propagación
"El periodo de incubación,
la duración de la enfermedad, la tasa de mortalidad y el número de reproducción
(personas infectadas por cada enfermo) están dentro de los rangos reportados en
brotes anteriores", describe el artículo científico.
El carácter excepcionalmente
amplio de esta epidemia se debe entonces, según han inferido los
investigadores, a las características de la población infectada, a las
condiciones de los sistemas de salud y a que los esfuerzos para cortar la
transmisión han sido insuficientes.
El hecho de que las poblaciones
de los tres países afectados estén altamente interconectadas, el amplio tráfico
transfronterizo en el epicentro del brote, las conexiones viales relativamente
fáciles entre los pueblos y las ciudades, así como la densidad demográfica de
estas últimas, han contribuido a la rápida propagación del letal virus.
También ha sido un factor
determinante el que los sistemas sanitarios de los tres países sean
extremadamente precarios tras años de conflictos armados.
El ejemplo de que esto ha
jugado un rol determinante es que Nigeria, con un mejor sistema de sanidad,
puso rápidamente bajo control un limitado número de casos y aparentemente ha
conseguido detener la transmisión.
Ello a pesar de que el virus se
introdujo en Lagos, una ciudad de 20 millones de habitantes, y en Puerto Harcourt,
otra urbe importante.
Sobre la situación en este
último país y en Senegal, donde ha detectado un solo caso, el director de
Estrategia de la OMS y coautor del estudio, Christopher Dye, dijo con mucha
prudencia que es posible que se haya conseguido poner la situación bajo control
total.
Precisó que no se ha reportado
ningún caso adicional en ninguno de los dos países en los últimos 21 días
(considerado el periodo máximo de incubación del virus), aunque insistió en que
"todavía es muy pronto para estar confiados". Redacción elmundo.com
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